“Gadafi era un tipo bárbaro”

24/Feb/2011

Pedro Dutour, de la redacción de El Observador

“Gadafi era un tipo bárbaro”

Luis De Agustini tiene el singular privilegio de haber conocido personalmente al líder libio, Muamar Gadafi, y de mantener estrecho contacto con algunos de sus hijos. Uno de ellos lo contrató. Con otro jugó tanto en el equipo local como en la selección. El antiguo golero de Peñarol y Liverpool supo defender los colores del combinado de Libia, ámbito estelar para codearse con la crema política y deportiva del país. Ahí siempre estaban el gobernante o sus vástagos. “Gadafi era un tipo bárbaro”, dijo sin dudarlo el portero uruguayo.El futbolista de 34 años que se inició en el club aurinegro, tuvo dos etapas en el Al Ittihad de Trípoli, donde también se desempeñaba Al Saadi, el tercer hijo de Muamar. Con este equipo, De Agustini ganó todo a nivel local. En él, hizo amigos y vivió de cerca la realidad de Libia. El arquero está sorprendido por lo que está aconteciendo en estos momentos en ese país del norte africano. Asevera que la sensación que le dejó su paso por allí es que la población quiere a Gadafi y que, muchas veces, las cadenas internacionales “solo muestran las cosas malas”.”Gadafi ha dado mucho a su país. Ahí no se pagan impuestos, el agua es gratis, la luz cuesta muy poco. Además, está cambiando al país, abriendo las puertas a todos los extranjeros. Pretende convertir a Libia en otro Dubai”, señaló De Agustini a El Observador en Montevideo. Agregó que, según sus amigos allá, más del 80% de los libios -por lo menos, los habitantes de Trípoli, la capital- apoyan al líder que hace 42 años que está en el poder. “Un amigo me dijo que está todo normal, tanto de mañana como por la tarde, que podía llevar a sus hijas al colegio sin problemas”, dijo el golero, hoy sin equipo.El buen desempeño con el Al Ittihad llevó a De Agustini al máximo equipo de Libia, con nacionalización mediante, a una selección que nunca jugó un Mundial. Ahí le tocó tratar más de cerca al clan gubernamental: “Conocí a Gadafi, un tipo bárbaro que quería que su país fuera libre de todo, incluso que no tuviera problemas con Estados Unidos. Lo encontré en el ámbito futbolístico; de todas formas, me contactaba más con sus hijos, sobre todo, con Al Saadi que jugaba conmigo. Hicimos una muy buena amistad, solía invitarme a su casa. La verdad que esto era un halago. Era una persona súper sencilla”.Al Saadi tuvo la oportunidad de mostrar su fútbol en la poderosa liga italiana. El Perugia, el Udinese y la Sampdoria fueron sus clubes. En cuatro años apenas disputó dos partidos. ¿Llegó a Italia por calidad propia o por los contactos de su padre? “Al Saadi tenía sus cualidades. Siempre trataba de progresar. Si precisaba velocidad, llamaba a Ben Jhonson (el ex atleta canadiense); si precisaba mejorar en algo futbolístico también se movía: llevó a Patrick Mboma (ex futbolista camerunés) para que sea su compañero en la delantera y a Juan Carlos Franco, paraguayo campeón con Olimpia de la Libertadores, para que pudiera darles buenos pases de gol. Llevaba todo lo mejor”.De Agustini destacó que el otro hijo de Gadafi con el que tuvo fluido contacto, resultó ser Muhammad, el hermano mayor y presidente del Comité Olímpico de Libia. Muhammad se encargó de llevar al arquero a Libia. “Solía conversar con él, pero claro, a veces estaba muy complicado porque solía manejarse con mucha seguridad. Pero todos (los Gadafi) eran tipos muy sencillos”.El golero, que vivía en Trípoli en un barrio sobre el mar Mediterráneo, rodeado de extranjeros, asegura que retornaría a Libia a jugar, pese a que entiende que ahora es un poco más complicado. “Sí, volvería, pero sucede que ahora ya tengo una vida hecha acá. Ojalá vuelvan a llamarme, Libia es un pías que me dio muchas cosas, me regaló jugar en una selección, me dio la oportunidad que la gente me quiera. Porque era difícil andar por la calle y eso es impagable. Siempre voy a estar agradecido. Quedé fascinado con Libia”.